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sábado, 24 de julio de 2010



Son las nueve de la mañana y estoy caminando a la parada del colectivo, llevo mi bolso negro donde llevo mis agendas, los libros, apuntes, dos celulares, mas de diez lapiceras, y un sin fin de cosas más, reviso nuevamente el bolso mientras camino un poco mas rápido, para ver donde diablos deje la tarjeta para poder tomar el colectivo, y no la encuentro!, shit!, por fin la ubique, no era muy difícil, son tres tarjetas de mi propiedad, la del colectivo, la de la empresa y la de cajero, extensión generosa de mi madrina en caso de emergencia (lo que ella no sabe es que vivo en estado de emergencia). Estoy llegando tarde!!! y ahí viene el maldito bondi, lleno hasta las bolas, como siempre.
:- uno veinticinco por favor. (no hubo ni siquiera una mirada del chofer para ver quien era el que emitía las palabras, también mucho no se puede pedir).
Camino hacia el medio, esta todo lleno y la verdad entre el bolso, y todo muchas ganas de aguantar que la gente me empuje no tengo, así que me muevo como puedo hacia el lado paralelo a la puerta de descenso, pero esta tan lleno que la verdad apenas puedo moverme, al lado mio un hombre de unos treinta y monedas vestido con ropa deportiva se mueve al compás del bondi, mientras lo miro, pienso, pobre tipo, debe estar super cansado. Mientras el colectivo avanzaba por una de las calles principales y se aventuraba en la avenida principal, este señor, se fue acercando un poco mas, hasta que por lógica pase mi bolso contra la pared para no incomodar a nadie con semejante bulto y el hombre se fue acomodando, en esos movimientos que solo en el transporte publico se puede dar, me toca la entre pierna, yo con los auriculares y mirando un poco distraido reaccione y me puse tenso por lo incomodo que resulto, de nuevo un movimiento, y otra vez su mano paso por mi cierre de una manera mas obvia, ya era mas que evidente que me estaba intentando de tocar, como pude trate de acomodarme para ponerme de costado y ver si puedo girar el bolso, pero la verdad no podía, el tipo se acomodo y ahora si, con su mano en los bolsillos, quedo tocandome, no dudo, como no se veía nada por la cantidad de gente en sacar la mano y manosearme mientras yo trataba de alejarme con un esfuerzo inútil, reconozco que mi cuerpo tiene vida propia y por lógica se me empezó a parar y era una obviedad porque tenia en ese momento un jeans ajustado al cuerpo en el que se nota todo y mucho mas en esa situación y el señor de treinta masajeaba de manera repetitiva mi entre pierna.
Ya estaba cerca del Congreso Nacional el colectivo lleno hasta no dar más y por ser zona de oficinas y centro comerciales se bajo mucha gente, en eso, se baja este señor, y me quedo como estúpido tratando de acomodar todo sin que nadie se de cuenta, miro a mi alrededor y la única persona que miraba era una chica de unos veinte que se notaba que estaba yendo a la facultad, tiro de un solo giro a mi bolso hacia adelante ubico visualmente un asiento vació, camino hacia allá, me siento, feliz, incomodo, perturbado, Masturbado, y con un poco de morbo por el señor de treinta que me pajeo durante casi todo el camino a la oficina...


Gebsamek

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