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domingo, 22 de abril de 2018

Una pregunta.

Me había despertado como todas las mañanas sabiendo que me esperaba un día común. Como pude salí de la cama, voy hacia el baño me miro prestando atención a las marcas que ahora tiene mi cara, esas marcas que determinan el paso del tiempo el cual no es mas que el paso de la vida. Sigo con todo el ritual, desayuno y me preparo para el día.
Mi cabeza siempre es un caos de pensamientos, análisis que no me llevan a ningún lado, teorías de porque la gente actúa como actúa, pero cuando pongo música todo eso desaparece, me quedo solo con el mundo, me quedo aislado, pero esta vez quise escuchar algo de radio, no solo lo hago para no sentirme tan solo, la risa que me provocan anulan todo lo malo que me podría estar pasando.
La conductora habla con la co-conductora, en eso surge la pregunta para los que estamos del otro lado "Si podrías irte a un momento donde fuiste feliz, donde te irías?" Esas palabras fueron suficiente para sentir como un nudo en la garganta se formaba y me transportaba a todos los momentos en los cuales había sido feliz. Todos esos momentos me conducían a un solo lugar, me conducían a mi madre. Ya había pasado un tiempo prudencial para superar todo (o eso es lo que creemos) pero en ese momento sentía que no podía respirar, sentía la necesidad de salir corriendo a mi antigua casa, abrir el portón como cuando era chico de un solo empujón e ir corriendo al cuarto de mi madre, quedarme ahí con ella, con su sonrisa que parecía dura, pero no era mas que una sonrisa de alguien que la vida no había sido fácil, tenia ganas de sentir esas plantas las cuales odiaba de chico, tenia ganas de ir a oler sus rosas, tenia ganas de tirarme en el pasto como cuando era chico y ella me contaba cuentos mientras yo solo miraba el cielo imaginando todo. Quería volver y congelar el momento, quería sentir la sinceridad de la sonrisa de una persona que me amaba siento lo que soy, bueno, malo, rebelde, totalmente dual, quería compartir mates sin siquiera decir una palabra como hacíamos durante horas, pero sabiendo que el otro estaba ahí.
Cuando reacciono, me doy cuenta lo abstraído que estaba, caigo en la realidad. Me encontraba sentado respirando profundo, sintiendo como cada trago de saliva era un puñado de emociones que estaba tragando, mantenía la mirada firme sin querer pestañar para que todo siga en su lugar, nunca fui muy demostrativo de mis emociones aunque por dentro mi mundo este destruido, pero tenia claro que esta era otra realidad, que esta realidad era algo nuevo lo cual debería disfrutar, pero no podía quitar de mi cabeza esas ganas de salir corriendo al momento mas feliz.
Nunca tardo mucho tiempo en recuperarme, recupero la compostura y sigo con el día.
Mientras caminaba por una avenida veo una remera de esas horribles, con colores, flores detalles, casi siento que me da un infarto a la retina, me acerco, recuerdo si tengo dinero, pienso "la compro, total a ella la encantan estas cosas" casi en simultaneo recuerdo que ya no hay mas a quien regalarle esas cosas espantosas, tampoco hay nadie a quien abrazar hasta olvidarme de todo.
Muchas veces me dijeron que con el tiempo todo se cura, pero creo firmemente que el tiempo solo te permite convivir con ese dolor, con esa perdida.
Seguí caminando mirando la nada misma, pensando sin pensar, sabiendo que todo continua y que no puedo quedarme en la trampa de los recuerdos, ese mundo paralelo, perfecto, idealizado porque la vida continua y ahora me toca crear mi lugar, así que respiro profundo, largo todo el aire, me sale una media sonrisa y sigo.