Powered By Blogger

domingo, 24 de julio de 2016

Las vueltas de la vida...

Enamorarse es algo raro, es como estar de merca todo el día...
No recuerdo las veces que perdí la cabeza por alguien, honestamente no recuerdo una sola vez, senti emociones muy profundas por mucha gente, pero estar enamorado fue algo nuevo para mí. Siempre crei que era un error sentir más de lo que se necesita, una de mis frases celebres era: no gastar emociones en gente que no vale la pena!... El problema es que fui demasiado terco y seguí esa idea al pie de la letra, tanto que en un momento deje de sentir, deje de interesarme, no era que nadie fuese lo suficientemente bueno como para moverme el piso, simplemente mi sintonía estaba en otro lado, mi energía iba a destiempo, por llamarlo de alguna forma "Bohemia".
Podría apelar a que estaba roto, a que me habían lastimado las suficientes veces como para no sentir más nada, lo cual es cierto, pero había poco interés también de mi parte por el resto del mundo.
Durante años me negué a enamorarme, me negué sentir por temor a terminar abrazado a una botella de vodka llorando, me daba pánico las historias de corazones rotos, las pocas que viví las sufrí, aunque me mande muchas cagadas, creo que no los otros fueron peor, pero depende quien lo diga es la objetividad.
Muchas veces en charla con mi mejor amigo, le contaba que me gustaba alguien, él me preguntaba días después que había sucedido a lo que arremetia "no se iba a dar"... Sus respuestas siempre fueron "deja de autoboicotearte".
Y parece que así funcionaba mi cerebro, me gustaba alguien y a los días escapaba consciente o inconscientemente de ellos para no arriesgarme a sentir, a llorar, a sufrir o a imaginarme agarrado al vodka.
Hace un tiempo largo recuerdo que me mensajeaba con un chico el cual me parecía sexy, lindo, agradable, divertido, eran muchos calificativos positivos para una sola persona, pero me decidí en conocerla. La primera vez fue en un lugar muy concurrido, él no sabía que yo estaba ahí y que lo había visto (realmente era mucho más lindo en persona que por fotos), unos días después nos conocimos. Recuerdo que no podía dejarlo de ver a la cara, no podia dejar de mirar sus ojos despiertos, rápidos y tristes, producia sobre mi un magnetismo demasiado irreal, pero decidí ver hasta donde llegaban las cosas.
Las cosas tuvieron mil vaivenes, estuvimos de novios, cortamos, volvimos y le corte.
Cuando lo corte, busque alguna excusa de esas que sos inapelables y ahí terminó todo. Me había preparado durante días para eso, pero llevarlo acabo me dolió. Paso un tiempo y algunas cosas malas y nos volvimos a ver. Cuando lo vi el tiempo desaparecio y todo lo que me importaba era ese momento junto a él, tenía la capacidad de hacerme sentir vivo, de sanar todo lo que otros habían roto.
Las cosas no son como creen, no volvimos, nos volvimos a alejar, mi poco tiempo sirvió como excusa para alejarlo casi definitivamente, pero aunque lo busqué siempre siguió ahí, siempre presente, latente.
Un día decido conocer otras personas, imaginen mi esfuerzo, charlas, cafés, saber que le gustaban y todo ese esfuerzo para nada, terminaba frustrado por haber desperdiciado tiempo y plata en alguien que no me generaba nada.
Un día recibo un mensaje, al siguiente otro y así hasta que me doy por vencido y respondo y caigo de nuevo, si, de nuevo este chico, de nuevo su sonrisa, se nuevo esos ojos, ese café, esa charla esa alegría, de nuevo es calor, ese abrazo, esa ternura. Lo volví a ver, obvio. Salimos un par de veces, lo charlé con otros amigos y me hicieron caer en la cuenta de que me había enamorado. Me había enamorado de alguien que se mostraba idéntico y yo sabía que era idéntico conmigo. Cada una de las veces que lo vi, moría por besarlo, por abrazarlo.
En un punto me puse a analizar si quería volver con él, si quería que sólo este conmigo... Me encontré conmigo mismo despreocupado, diciendo: no me importa si está conmigo o no, no me importa si quiere estar con otra persona, no me importa quiere volver o no, porque es la única persona que me importa, es la única persona que admiro por su integridad, su seguridad, su temperamento, no digo que no me gustaría, pero lo que realmente me importa es que verlo, sentirlo, es como esos amaneceres en la playa, tibio, dulce, el cual uno nunca quiere que termine, pero se sabe la realidad y uno la disfruta a pesar del tiempo que dura...