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lunes, 25 de mayo de 2015

Un pacto para vivir (8)

Es difícil describir la sensación,  el enojo,  la frustración, la soledad y el vacío que deja cerrar un ciclo tan largo,  se me hace difícil buscar palabras que puedan demostrar lo que siento por dentro,  si me preguntan como lo hice,  con la mente fría, helada y con los sentimientos lejos.

Después de dos semanas difíciles, me había hecho a la idea de que hay pactos que uno mantiene por que los quiere, porque uno cree que es lo mejor,  porque los pactos son de a dos.
Pero esta no era una de esas veces,  era un pacto solitario y vacío. Daba vueltas de la forma que sea y ni había nada,  nada mas que yo solo girando frente a una historia que yo mismo me había armado. Quizás fueron los días, los años,  la amistad,  el desinterés, el egoísmo personal que se interpuso.
Es triste ver que las cosas no se cumplan, pero mucho mas triste es saber que manejas todo solo,  porque por desinterés o desinformación nadie quiere o intenta estar a la par.

Es triste,  no lo niego,  pero a todo esto se sobrevive.

C'est la vie

Nahuel Lissandro Di Torre.

jueves, 7 de mayo de 2015

Corrida al hospital (Parte 1)


Domingo 01:30 am: se escucha desde la oscuridad el grito del dolor,  en ese momento todos empiezan a prender las luces temiendo lo peor, pero que hallan intentado robar y en la misma entradera lastimado, pero al entrar corriendo casi derribando la puerta se encontraron con otro espectáculo. Sentado en la cama,  casi en rodillas, luego de vomitar sangre y tener unos dolores que me desgarraban la panza,  no podía dejar de gritar del dolor,  me paralizaba era como si el mismo demonio tratara de salir por mi panza. Mi hermano mas grande me toma en brazos mi otro hermano llama a un vecino que tenia el auto en la vereda y lo ultimo que recuerdo con lucidez fue ver a mi madre llorando casi sin consuelo y a mis hermanas tratando de consolarla,  había llegado el momento y el cuerpo me indicaba que esto solo era el principio.
Cuando desperté tenia el brazo pinchado, una mascara de oxígeno y una mina, obvio que la doctora preguntándome como me sentía, apenas pude balbucear dos palabras y me dormí. Unas horas después desperté de ese letargo terrenal al que uno es sometido para no tener dolor, pero señores, quien cree que no se tiene dolor? Yo sentía que había sido a cuchillado cien veces. Vuelve la doctora y charlamos de la famosa escala del dolor, mi dolor en ese momento era un cuatro, me dieron unos calmantes y decidí relajar. Me despierto de un breve sueño y la enfermera toma el pulso y mi se aleja, siento los golpes de sus zapatos contra el piso, reflexionó que antes nunca los escuche.  Mientras estoy perdido en una nube de pensamientos filosóficos sobre el zapato de la enfermera,  aparece Karina con dos doctores mas, me preguntan si hay alguien conmigo, le dije que no, que mi hermano se fue a mi casa por pedido expreso mio ya que había estado toda la noche velando por mi en la sala contigua a donde me tenían.
Me llama por mi nombre de pila,  como si eso hiciese que lo que venia a continuación sería mas tolerable, pero no arrancaron con un monólogo técnico medicinal que no comprendía bien, solo escuche: "hay metástasis en el hígado, no hay mucho que podamos hacer. Vamos a tratar de que sientas el menor dolor posible" tengo la capacidad para enfriar mis emociones y gracias a eso no me largue a llorar frente a ellos,  solo espere a que se retiren, en ese momento gire como pude, mire hacia la ventana donde se me empezó a formar un agujero en el pecho que me hizo llorar de rabia,  de bronca,  de odio y de soledad. Mi cuerpo se estaba apagando y antes de hacerlo iba a explotar, ya no era una hipótesis, la realidad me había golpeado, estaba solo en la cama,  llorando, vacío, nostálgico... Solo giraba un pensamiento: principio de mayo y ya estoy muriendo.